La mexicana Hola soy Natasha aterrizó en Costa Rica el 8 de marzo y, desde entonces, no ha dejado de maravillarse con el chiliguaro, el plantintá, las bellezas naturales y el trato de la gente en el país, según le contó a La Nación.
Natasha Puente, su nombre real, es una creadora de contenido que acumula más de un millón de seguidores en Tik Tok y 425.000 en Facebook, a punta de compartir tips para vivir de las herramientas digitales y de mostrar sus viajes.
La nómada digital de 36 años es hija de una costarricense originaria de Limón; sin embargo, había visitado el país pocas veces, la última fue cuando todavía era adolescente. Según explica, recuerda al país muy similar a como lo encontró en aquella ocasión, sin grandes edificios o resorts que tapen el paisaje.
“Yo me acuerdo que mi mamá me decía: ‘Qué ganas de estar en Limón y comerme un plantintá’. Ahora lo probé y no sé qué es eso, pero de aquí soy, por Dios. ¡Qué cosa tan deliciosa! Ni siquiera sabía que se podía hacer algo así con plátano”, declaró.
Sus padres se conocieron en suelo tico, trabajando para una misma empresa, durante un par de años en que su papá estuvo viviendo en el país. Tras ese período, se hicieron pareja y establecieron su vida en México.
La primer estación en este viaje de Natasha, en el que la acompaña su pareja, el australiano Warren Morelli, fue para irse de fiesta a La Cali, en San José. Allí disfrutó mucho del ambiente e, incluso, se topó con rock mexicana en uno de los bares.
Luego, se enrumbó hacia La Fortuna, colaborando con un hotel de la zona que los invitó a cambio de darlos a conocer y donde, confiesa, quedó encantada con el chiliguaro, bebida de la cual se llevó la receta.
“Esas son las cosas que al final uno se lleva, obviamente estas emocionado por las cosas bonita, pero te emociona el detalle que tiene la gente de ‘ah, ¿te gusta el chiliguaro? Yo te enseño cómo se hace’”, expresó Puente.
Durante su paso por la zona norte del país no solo disfrutó de la popular bebida, sino que tuvo un momento de gran diversión, afirma, bañándose en El Chollín.
“Mi novio no me creía, yo le decía que hay un río que está caliente y me decía que no, que cómo eso iba a ser posible si está corriendo, pues bueno, le dije ‘vas a quedar con cara de tonto’ y hasta lo grabé'”, contó la licenciada en comunicación digital.
Asegura que, aunque todavía no lo asimila del todo, este viaje es una manera de reconectar con sus raíces, como un proceso de introspección necesario para poder mantener una vida “libre de ataduras”.
La creadora de contenido destaca de su experiencia en Costa Rica el nivel educativo y el buen trato recibido por parte de los ticos. Una de sus mayores sorpresas fue el manejo del inglés por los trabajadores de las zonas turísticas, el cual, afirma, es muy alto en comparación con el de otros países.
El espíritu viajero de ‘Hola, soy Natasha’
Natasha tiene los cimientos en sus pies inquietos y el norte en su alma que se deleita conociendo mundo. Nació en Sonora, creció en Celaya, vivió en Querétaro tras finalizar la educación secundaria y, luego, trabajó como niñera en Estados Unidos para practicar el inglés.
Esta inquietud la llevó a formarse en Comunicación Digital e ir diversificando sus conocimientos en la creación de páginas web, gestión de redes sociales y otras herramientas tecnológicas.
“Poco a poco, me di cuenta que entre más cosas iba a aprendiendo sobre la tecnología más dinero podía hacer, y si hago más dinero, más puedo viajar. Uno también tiene que pensar en su futuro, cómo ahorrar; no se trata de viajar por viajar sin ser consciente de que no se es joven para toda la vida”, narró ella.
Comenzó realizando voluntariados e intercambiando el trabajo por la estadía. Hace siete años viajó por primera vez a Japón y abrió una cuenta en Facebook para contar detalles de su experiencia, la cual fue dejando rezagada hasta que con la pandemia incursionó en Tik Tok. “O te cortabas el fleco o te convertías en tiktoker, como todas las personas”, añadió entre risas.
Durante su segunda visita al país nipón, decidió, junto a su pareja, tomar un curso intensivo de Marketing Digital, lo cual les ha servido para conocer distintos países y ganar dinero prestando sus servicios en edición de fotografía y video.
En ese momento les presentaron a un cliente de una magnitud importante, al cual le editaban videos; sin embargo, en pandemia, este cerró su negocio, lo cual fue un recorte significativo en sus ingresos.
“Ahí fue cuando dije: ‘No puede ser, no se te puede cerrar el mundo, necesitas aprender Tik Tok; todo el mundo está hablando de Tik Tok’. Eso hice, con mis conocimientos en marketing digital sabía que no podía solo compartir mi vida, sino que tenía que dar algo de valor a las personas”, amplió la mexicana.
Comenzó creando contenido de servicio sobre cómo aprender herramientas tecnológicas, como una vía para generar ingresos. Con el tiempo, su comunidad creció y comenzó a mezclar sus tips con una faceta más personal, mostrando sus experiencias en viajes.
“Me gusta compartir todas las cosas que la gente puede hacer, no solo para viajar, porque no es el sueño de todos, pero sí para ser felices y tener una vida estable. Yo sí creo que por medio de la educación puedes conseguir esa estabilidad”, agregó.
La influencer mexicana, que se presenta en sus redes como nómada digital, ha encontrado la fórmula para combinar su vida laboral con su pasión por viajar, que hasta el momento, la ha llevado a Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica, Japón, China, Australia, Vietnam y Tailandia.